lunes, 25 de enero de 2010

IV


Tenía yo un pintor que había nacido viejo.
Que veía diablos azules.
Que me llenaba la casa de hombres-caballete.

Lo recuerdo sentado
en alguna tarde de algún mes en blanco,
con un café amarrado y el pelo en la mano,

Con tanto su óleo tan lleno de llanto.

En una botella pobre mi genio..
mil años

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