Se despertó con más de dos pies
empapados
un ojo le corría escaler
a
b
a
j
o
donde acaba la ventana
hecha pedazos
un cóagulo de voz
desesperado
En medio del salón
está el manzano
la lámpara de pie
persigue al gato
rastros de pincel
atropellado
escupen serpentinas
del lavabo
debajo de sus plantas
alfombrado
el piso se retuerce
como insano
no alcanza hasta la puerta,
ya sin brazos
escaparse de ese infierno
imaginado
y termina escurriéndose
despacio
como el sueño
y la pintura,
entre las manos
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